viernes, 13 de mayo de 2016

Teoría de las placas tectónicas.
Delimitación de las placas litosféricas.
La teoría de la Tectónica de Placas o Tectónica Global es un modelo global y dinámico que explica de forma coherente la actividad geológica de nuestro planeta  además de permitirnos comprender su estructura.
Esta teoría se basa en la observación de que la superficie terrestre está dividida en placas litosféricas o tectónicas que están en movimiento. Las fronteras o límites entre esas placas son zonas con una actividad geológica intensa  donde se producen terremotos y erupciones volcánicas.
La revolución de la tectónica de placas ocurrió en los años 60 y 70, sin embargo las bases de la teoría fueron establecidas por observaciones y deducciones anteriores. Además el modelo de la tectónica de placas se ha ido creando y consolidando a lo largo de cuatro décadas con la ayuda de las nuevas tecnologías, como el uso de satélites, diferentes técnicas sísmicas (tomografía) o las mediciones realizadas con láser.
La tectónica de placas ha sido el fruto de la colaboración internacional y el esfuerzo de muchos científicos (Tuzo Wilson, , Harry Hammond Hess, Hiroo Kanamori, etc.), que poco a poco fueron aportando información acerca de la estructura de los continentes, los fondos oceánicos y el interior de la Tierra.
Esta teoría ha supuesto científicamente un hecho tan relevante como lo fue la teoría de la evolución o la teoría de la relatividad.
Movimiento de las placas litosféricas.
Las placas tectónicas se desplazan unas respecto a otras a una velocidad de 2.5 centímetros anuales, más o menos con el mismo lapso de velocidad en el que crecen las uñas de las manos. Sin embargo, el movimiento no es unidireccional para todo el conjunto de placa y por el contrario, estas enormes placas chocan y se rozan unas con otras, produciendo colisiones que impactan sobre la superficie terrestre en forma de terremotos.
Las placas fueron formadas por las corrientes del interior del manto terrestre que fragmentaron la litósfera. El movimiento del interior de la Tierra hace que las placas estén en constante dinámica e interacción, pues mientras parte de ellas se solidifica al llegar a las zonas superficiales de nuestro planeta, otra parte de ellas se funde más al interior del mismo, por lo que las placas se encuentran en permanente cambio sobre sí mismas y resulta el movimiento.